El metro de Buenos Aires, mejor conocido como Subte para todos los porteños, reúne bajo tierra en sus estaciones, una galería de arte que haría sonrojar a más de un museo en el mundo.
Artistas plásticos, muralistas urbanos e ilustradores, han transformado toda la red en una galería de arte subterránea ecléctica y muy dinámica.
Con más de 450 intervenciones de 200 artistas, cada estación expone una particular temática, muchas de ellas emparentadas con el barrio de la ciudad en la cual se encuentran.
El del Abasto por ejemplo, con su estación Carlos Gardel, dedica sus paredes a la figura del más famoso cantor de Tango, que vivió sus años mozos en esa histórica barriada porteña.
La línea H completa, la más moderna de toda la red, fue concebida en su totalidad como un paseo turístico subterráneo dedicado al clásico ritmo musical rioplatense.
Como contrapartida, la línea A, la más antigua, que data del año 1913, y fue la primera en funcionar en toda América Latina, homenajea en sus murales los orígenes de la Nación Argentina.
Más comprometida aún, la estación Pasteur en la línea B, dedica sus muros a la memoria del atentado de la AMIA, uno de los hechos históricos más tristes para la comunidad judía argentina.
Como sea, tomes la línea que tomes, el viaje que realices será rodeado de arte.
Si a eso le sumas, la particular característica de este medio, de acoger día a día a múltiples músicos que acompañan los ajetreados viajes con sus ritmos, reforzará en nuestras cabezas esa idea que desde emitiendo buscamos siempre transmitir, que la magia de cada viaje, está en el mismo viaje, y no en el destino.
A moverse se ha dicho!
